La Pirámide de la Autoestima, una poderosa herramienta para la autorrealización
noviembre 27, 2023
Según cifras de diversas entidades oficiales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran en el mundo casi 800.000 suicidios.
Sin embargo, esa alarmante cifra es solo la punta del iceberg. ¿Por qué? Porque detrás de cada suicidio consumado hay multitud de intentos fallidos; tantos que resulta imposible contarlos.
La cuarta causa de muerte de los jóvenes de entre 15 y 29 años, un periodo de la vida que entendemos como una etapa feliz, es el suicidio. Sin embargo, para muchas personas no es así. De hecho, más bien, es el momento en el que ya no pueden soportar la pesada carga que les impulsa a tomar la trágica decisión de quitarse la vida. ¡Es una terrible tragedia!
Muchos de estos casos son personas que entraron en profundas crisis por su incapacidad para afrontar las tensiones de la vida. ¿Cuáles? Problemas económicos, rupturas de pareja o dolores y enfermedades crónicas, además de formar parte de grupos vulnerables y discriminados. Lo peor, ¿sabes qué es lo peor? Que hay un hilo conductor.
¿Saben de qué se trata? Eran personas con baja autoestima. Personas que, además, no recibieron el apoyo ni la atención que necesitaban y sucumbieron al peso de sus enfermedades. Lo más grave, repito, es que esto es solo la punta del iceberg: hay millones de personas en el mundo con baja autoestima que luchan intensamente contra sus manifestaciones.
¿Cuáles son estas manifestaciones?
Inseguridad Indecisión Ansiedad Diálogo interno negativo/destructivo Dependencia emocional Necesidad de aprobación externa Diferentes miedos (y niveles de miedo) Miedo al fracaso Compararse con los demás Sentimientos de inferioridad y culpa Desconfianza Incapacidad para gestionar las emociones Alteración en la alimentación, el sueño y/o el comportamiento sexual Isolation
Y hay más, por supuesto, pero estos son los principales, los más comunes.
Se han hecho visibles dificultades que estuvieron ocultas durante mucho tiempo, pero que con los acontecimientos recientes han salido a la luz. La salud mental, que siempre ha sido una cenicienta, es hoy una de las mayores preocupaciones de los expertos y una grave amenaza para los seres humanos.
La autoestima, quizá la conozcas, es la capacidad de reconocer el valor que tenemos como seres humanos, a pesar de nuestros defectos. Reconocer el valor, por un lado, y por otro aceptarnos tal y como somos, sabiendo que la vida también nos da las herramientas necesarias para mejorar, para aprender, sin excusas. El problema es que no las utilizamos.
En la práctica, la autoestima se refleja a través de la opinión que tenemos sobre nosotros mismos, los juicios que hacemos sobre nosotros mismos y el valor que nos damos como personas. Cuando hablamos de autoestima, nos referimos a una actitud hacia el interior, ya que se trata de un proceso de introspección relacionado con la forma en que pensamos, amamos, sentimos y nos comportamos.
La autoestima moldea nuestra personalidad, la sostiene y le da sentido. Por eso, precisamente por eso, es tan importante cultivarla, nutrirla continuamente. ¿Cómo? Debemos deshacernos de miedos, creencias limitantes, cuidar el diálogo interno y, sobre todo, cortar con la dependencia emocional y dejar de prestar atención a la opinión de los demás.
¿Cómo mejorar la autoestima, cómo fortalecerla? Estas son algunas acciones sencillas que te ayudarán:
1.- Cambia el diálogo interno. Fundamental. La autocrítica negativa, la falta de aceptación y el centrarte solo en los aspectos negativos de tu personalidad te llevarán a generar pensamientos autodestructivos todo el tiempo. En otras palabras, tu cerebro será tu peor enemigo, terreno fértil para consolidar esos hábitos y conductas nocivas que dañan tu autoestima.
2.- Baja tus expectativas. No se trata de ser conformista ni mediocre, sino de entender que la vida es un proceso, que hay que dar ciertos pasos y, sobre todo, que no es, como muchos piensan, una competición. No tienes que vencer a nadie, demostrarle nada a nadie. Además, asume que no eres perfecto y que como ser humano eres falible.
3.- No te castigues. “Errar es humano, corregir es divino”, dice el refrán. La clave está en aprender de la lección que cada error lleva incorporado y entender que lo que llamamos fracaso es solo una parte del proceso, no el resultado del mismo. Lo importante no es si te caíste muchas veces, sino cuántas de ellas te levantaste y seguiste adelante.
4.- Cambia lo que puedas. Sí, porque las grandes transformaciones son el resultado de la suma de pequeños cambios. Aborda un aspecto de tu vida que quieras cambiar, que sea fácil de cambiar, y cuando hayas conseguido el objetivo, pasa a otro más retador. Y así sucesivamente. ¿Entiendes? Además, intenta no emprender este camino solo: busca ayuda.
Ahora bien, y esto es sin duda una buena noticia, existen otras herramientas que pueden utilizarse para cultivar la autoestima y fortalecerla a largo plazo. Una de ellas es la Pirámide de la Autoestima, una metodología creada por el psicólogo y psicolingüista mexicano Mauro Rodríguez Estrada, profesor universitario con más de 50 libros publicados.
“El hombre es capaz de elegir su actitud personal ante cualquier reto o conjunto de circunstancias y así decidir su propio camino. Lo que el hombre llega a ser, lo debe llegar a ser por sí mismo. La autoestima ha sido llamada la clave del éxito personal, porque ese ‘yo’ a veces está oculto y sumergido en la inconsciencia o la ignorancia”, afirma Rodríguez.
La Pirámide de la Autoestima representa el recorrido del ser humano en el proceso de crecimiento personal y desarrollo del individuo. La comunicación y la autoaceptación son los pilares. La pirámide está formada por cuatro bloques, y la cúspide representa la autoestima, punto máximo de aceptación y dignidad del ser humano.
¿Cuáles son los cinco niveles de la Pirámide de la Autoestima? Veamos:
1.- Autoconocimiento. Es la base para construir cualquier proyecto de vida. Si no sabes quién eres, qué quieres, dónde estás, qué recursos tienes y cuáles necesitas, y hacia dónde quieres llegar, te perderás en el camino. Nadie puede desarrollar la autoestima si no se conoce a fondo, si no entiende que es como una maravillosa obra inacabada.
2.- Autoconcepto. Surge de la mezcla de autoconocimiento y aceptación. Entender que no eres perfecto, pero que la vida también te ha proporcionado una gran cantidad de herramientas valiosas. ¿Cuáles? Tus valores, principios, dones, talentos y las habilidades que desarrollarás a lo largo de la vida. Lo que pienses de ti mismo determinará tu destino.
3.- Autoevaluación. Una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta cualquier ser humano, sin duda. Un proceso que, además, debe realizarse periódicamente ya que cambiamos constantemente a través de los conocimientos adquiridos, las experiencias que vivimos, los aprendizajes que recibimos de los errores. La clave es la honestidad
4.- Autoaceptación. Esto sólo puede darse en la medida en que se hayan superado los tres niveles anteriores. Es admitir y reconocer todas las partes de nosotros mismos como una realidad, un hecho, y reconocer nuestra forma de ser y sentir. Al aceptarse a uno mismo tal como se es, la persona puede transformar lo que es transformable. Sólo así se puede construir su mejor versión.
5.- Autoestima. La cúspide de la pirámide. Sólo se alcanza cuando una persona se conoce, se acepta, se respeta a sí misma y, además, tiene una escala de valores y desarrolla sus capacidades. Tener una autoestima alta es sentirse bien, valioso, capaz de establecer relaciones humanas adecuadas, armoniosas y enriquecedoras, así como una comunicación productiva.
¿Por qué todos debemos desarrollar la autoestima?
Las personas con alta autoestima tienen confianza en sí mismas, poder de decisión, tienen un sentido de propósito, una visión sobre su futuro y lo que pueden ofrecer al mundo. Se sienten importantes, son conscientes de sus capacidades y se comprometen a hacer algo que valga la pena, dejando un legado en el mundo.
Algo que no debes pasar por alto: no conviene idealizar la autoestima, es decir, creer que solucionará todos nuestros problemas o que, una vez que la hayas desarrollado, eres una persona perfecta. La autoestima es un proceso que sólo termina el día que mueres y, como una planta, requiere cuidados todos los días. Si no la cultivas, morirá.
Asimismo, debes saber que la autoestima está determinada, en gran medida, por el entorno que te rodea, aquellos entornos en los que se desarrolla tu vida.
Por eso, debes tener cuidado con quién te rodeas y qué tipo de personas dejas entrar en tu vida. Por último, está bien cometer errores: siempre es posible corregir el rumbo de tu vida.
La terrible realidad de tantas personas que toman la drástica decisión de acabar con su vida, sea cual sea el motivo, es una doble invitación. Primero, a la reflexión porque es un llamado de atención para quienes necesitaron ayuda y no la recibieron; segundo, a la acción, porque la felicidad, la abundancia y la prosperidad son hijas de la autoestima.
Get exclusive insights on Leadership, Entrepreneurship, Authority, and Development straight to your inbox. Stay ahead with strategies, expert advice, and tools to elevate your leadership.